Running o correr son dos de los términos más usados en la actualidad para referirse a la carrera continua, un proceso complejo y coordinado que involucra íntegramente todo el cuerpo. Un acto por el que los pies tocan el suelo alternativamente a una velocidad mayor que al andar.
Son innumerables los beneficios que se le atribuyen a la práctica del running como la mejora del sistema cardiovascular, la pérdida de peso, el fortalecimiento de los huesos, o la mejora de nuestra memoria, entre otros. De ahí que no es de extrañar que cada vez seamos más quienes apostamos por incluir esta disciplina en nuestro día a día.
Pero para prevenir lesiones, es fundamental llevar el calzado adecuado.
Debemos de tener claro, que cada deportista, tiene unas características distintas a otra, y es por ello, que el calzado ideal, puede variar, ya que influyen muchos factores como pueden ser:
- Terreno
- Distancia
- Tiempo de la actividad
- Peso
- Forma física
- Patologías estructurales o sistémicas
- Tipología de pie
- Exceso de pronación o supinación
- Entre otras.